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Proyecto Inocentes: La Absolución de Eleuterio Terán

  • Camila Álvarez, Antofagasta.
  • 16 may 2017
  • 3 Min. de lectura

Proyecto Inocentes es una idea de la Defensoría Penal Pública, inspirada en trabajos de organizaciones como Innocence Project (Proyecto Inocencia) en Estados Unidos, "busca imponer nuevos desafíos para mejorar ciertas prácticas, hábitos y rutinas de trabajo de los principales actores del sistema de justicia".

Para más detalles te dejamos el siguiente vídeo.

El siguiente testimonio es parte del Proyecto Inocentes, y se desarrolla en la Región de Antofagasta.

"Porque a mi me llevaron injustamente, si yo no tenía nada que ver con el problema del hombre. Es que no me dejaron hablar no más".

Con estas palabras, Eleuterio Benito Terán Terán, comienza contando su testimonio. Aquello que vivió cuando fue detenido tras ser acusado de homicidio.

Del crimen

En agosto de 2005, ocurrió un homicidio en la localidad de Caspana, Región de Antofagasta. Un hombre fue asesinado luego que ingresaran a su vivienda uno o más sujetos que le propinaron heridas cortantes en su abdomen y corazón, para luego simular un suicidio por ahorcamiento, para lo cual elevaron el cuerpo con una soga y lo dejaron caer desde el techo de una de las habitaciones.

De la investigación

El hecho, que conmovió a los habitantes del sector, se orientó policialmente contra Eleuterio Terán Terán -un campesino indígena analfabeto y de avanzada edad-, quien fue sindicado por la policía como responsable del delito. Esta errada teoría surgió luego que Eleuterio fuera visto por unos momentos con la víctima y otras personas en una fiesta costumbrista del pueblo.

El encargado de la investigación sostuvo que en el contexto de una “conversación informal” o declaración extrajudicial, Terán habría confesado la autoría del crimen. Lo mismo se habría repetido en dependencias del Ministerio Público, donde Eleuterio nuevamente habría señalado ser el autor del delito.

En ambas ocasiones -verificadas tras el allanamiento de su domicilio sin las respectivas autorizaciones y su traslado al sitio del suceso y luego a un cuartel policial- Terán experimentó una prolongada detención, sin contar aún con la asistencia de un abogado defensor que lo instruyera sobre las consecuencias que la propia falsa confesión podían ocasionarle.

No existía ninguna prueba material o científica en contra de Eleuterio que demostrara que era le responsable de este robo con homicidio.

La defensa

Una vez que Eleuterio fue trasladado al tribunal de garantía -donde por primera vez contó con la presencia de un juez y la asistencia de un defensor público- señaló su inocencia y describió malos tratos para confesar la autoría del crimen. Aun así, este hombre de 61 años cuya defensor siempre sostuvo su inocencia debió padecer más de 500 días de encarcelamiento preventivo a la espera del juicio oral. La defensa argumentó también que la supuesta falsa confesión de Eleuterio -de la que nunca existió un registro formal- se habría producido por temor, ignorancia y tras las presiones ejercidas, además este hombre no sabía leer ni escribir y tenía un diagnóstico de inteligencia limítrofe. Estas situaciones, sumadas a la prolongada detención y ausencia de un abogado defensor, pudieron permitir que se imputara a la persona equivocada.

Pese a los esfuerzos de su defensa, el primer juicio oral en su contra concluyó con un veredicto de culpabilidad y una condena de diez años y un día de cárcel. Ni siquiera la declaración exculpatoria del propio padre de la víctima le sirvió. Este testigo explicó a los jueces orales que conocía a Eleuterio, refiriéndose a él como una persona humilde, tranquila y de trabajo, cuyo aspecto físico -de porte bajo y contextura delgada, con una capacidad física bastante disminuida por su edad y condiciones de vida- imposibilitaba que hubiera dado muerte a su hijo, un joven de 25 años grande y robusto.

Tampoco valieron los argumentos del defensor de Eleuterio respecto de la inexistencia de pruebas que demostraran su culpabilidad o la falta de pericias básicas para aclarar el caso, como que la policía no buscó huellas en el sitio del suceso ni examinó las ropas del acusado buscando restos de sangre y menos encontró el cuchillo con que la víctima fue atacada. Tampoco hubo testigos que inculparan al acusado o al menos lo vincularan al crimen.

Juicio absolutorio

Con todos estos argumentos y convencido de su inocencia, el defensor penal público de Eleuterio Terán acudió a una instancia judicial superior, logrando que la Corte de Apelaciones de Antofagasta anulara el primer juicio y ordenara realizar uno nuevo, porque los ministros de la Corte estimaron que se hizo “una valoración notoriamente irracional o arbitraria de la prueba rendida, especialmente de la prueba testimonial”. Finalmente -en enero del 2007- el segundo juicio oral le devolvió la libertad a este campesino indígena. En su veredicto absolutorio, los jueces argumentaron que “la presunción de inocencia implica el derecho a ser tratado en conformidad con este principio. Al respecto, es claro y notorio que ello no sucedió con Eleuterio Terán Terán, dadas las deficiencias graves y serias que tuvo la investigación.


 
 
 

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© 2017 por Camila Álvarez A.

Esta página es parte del ramo Periodismo Digital de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica del Norte.

Antofagasta, CHILE.

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